Termina un año, comienza otro. Una larga temporada, la más intensa... una treintena de bodas, sesiones de todo tipo, viajes, emociones, sin tiempo para reflexionar, simplemente para dar todo lo que puedes dar. Es complicado mirar atrás y resumir lo vivido y lo sentido, se necesita para ello calma, tranquilidad y reflexión. Encima de mi mesa guardo en una fría caja negra todas mis visiones... bueno, no solo las mías, también de todas las de las personas que han estado delante de mi ojo. Como cada año, necesito analizar, necesito ver lo que he visto, necesito pensar si he hecho lo que he sentido o simplemente he retratado lo que ha estado delante de mi objetivo. Soy consciente de que voy transformando mi manera de transmitir, de sentir, de expresar... pero de lo que estoy seguro es de que en cada trabajo expreso lo que siento en cada momento. Es momento de visualizar, de analizar, de poner en una balanza todo lo que he vivido, de conseguir expresar en imágenes todo lo que ha pasado por delante de mis ojos...
Y como siempre hago, miro hacia atrás, y no puedo más que recordar... un año repleto de recuerdos.
Las fotos son un adorno... disfrutad de la música.
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