No hay mejor fecha que en otoño para realizar una postboda en Galicia. Es en otoño e invierno cuando encuentro estas tonalidades que me encantan. Y viviendo en un lugar como Galicia en el que los bosques dominan el paisaje. Para mi es muy complicado encontrarme cómodo en otras épocas del año en las que los verdes marcan el ritmo. Marrones, grises, ocres, tonos apagados. Es en estas condiciones cuando el color llama a mi puerta y cada imagen me fascina. Realizamos esta sesión en un pequeño rincón muy cerca de mi pueblo natal. Donde el cruce de dos ríos talla paisajes casi vírgenes sólo accesibles a través de puentes mágicos y olvidados en el tiempo. Son tesoros que tengo la suerte de haber vivido con ellos y que ahora empiezo a descubrir realmente. Lugares que no solo me trasladan a mi infancia. Me traen a la mente sueños y vivencias y que después de muchos años por fin me encuentro en ellos. Disfrutando de sus rincones, de sus tonos, de su magia.
Y si a todo esto te acompaña una pareja fantástica que no te pone límite alguno entonces es cuando verdaderamente disfruto de mi pasión y trabajo, que es fotografiar.
Aquí tenéis otro ejemplo de lo que se puede hacer en una postboda, en este caso en la costa de Galicia.
Gracias Superview Filmmaker por acompañarnos en esta postboda en Galicia y crear un recuerdo tan bonito para mi.
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